La pisada es una función fundamental. Es la base sobre la cual se sostiene nuestro equilibrio y movilidad. En el ámbito de la podología, el estudio de la pisada se convierte en una herramienta esencial para identificar y tratar diversas afecciones que pueden afectar no solo los pies, sino también las piernas, las caderas y la columna vertebral.
¿Por qué es importante realizar un estudio de la pisada?
Porque permite identificar patrones de marcha y distribución de peso que pueden estar causando molestias o lesiones. Problemas comunes como el pie plano, el pie cavo, la fascitis plantar, o el síndrome de la banda iliotibial pueden ser diagnosticados y tratados de manera efectiva mediante un análisis exhaustivo.
¿En qué consiste este procedimiento?
El estudio de la pisada se realiza mediante una serie de técnicas que permiten evaluar la dinámica del pie en movimiento. Nuestro equipo, dependiendo del caso, utiliza diversas herramientas y tecnologías, como;
- Análisis estático: Se evalúa la postura del pie en reposo, observando la alineación y cualquier deformidad visible.
- Análisis dinámico: Se utiliza una plataforma de presión o una cinta de correr equipada con sensores para observar la pisada mientras el paciente camina o corre. Esto proporciona información valiosa sobre la distribución de la presión y el patrón de movimiento.
- Escaneo 3D del pie: Esta tecnología permite crear un modelo tridimensional del pie para un análisis más detallado, ayudando en la fabricación de plantillas ortopédicas personalizadas.
- Evaluación biomecánica: Se estudian los movimientos y las fuerzas que actúan sobre el pie durante la actividad física, lo que ayuda a identificar desequilibrios o patologías.
¿Cuál es el siguiente paso después el análisis?
Tras el estudio, conseguimos un diagnóstico claro, y el desde la unidad de podología se diseña un tratamiento personalizado que puede incluir:
1. Soportes plantares personalizados: Estas se fabrican a medida con diferentes materiales para corregir la alineación y la distribución del peso, proporcionando soporte adicional donde se necesita.
2. Ejercicios de fortalecimiento: Un programa de ejercicios ayuda a mejorar la musculatura del pie y la pierna, lo que contribuye a una pisada más equilibrada.
3. Modificaciones en el calzado: A veces, recomendamos cambiar el tipo de calzado, lo que marca una gran diferencia en la comodidad y la funcionalidad de la pisada.
4. Terapias físicas: La fisioterapia puede ser útil para tratar lesiones y mejorar la movilidad.
Los pacientes que siguen estas recomendaciones experimentan una notable mejora en su calidad de vida, reduciendo el dolor, mejorando su rendimiento físico y aumentando su capacidad para realizar actividades diarias y acciones cotidianas.
¡La salud de tus pies es la base de tu bienestar!
Si sientes molestias al caminar, quieres prevenir lesiones y/o deseas optimizar tu rendimiento deportivo, no dudes en consultar a nuestros especialistas en podología para realizar un análisis exhaustivo de tu pisada.